Una de las cosas más interesantes de la semana pasada fue la experiencia de ver la obra teatral “Bodas de Sangre” por Federico García Lorca. Pienso que leer y ver la obra en Granada, el lugar de nacimiento del autor, añadió una dimensión a la experiencia que no yo habría sido capaz de sentirme en cualquier otro sitio. Un aspecto de la introducción a la obra que me interesaba mucho fue la discusión del duende o mágica única de Andalucía que Lorca transmite en “Bodas de Sangre.” Aunque solo llevo casi dos meses aquí en Granada, creo que puedo entender, al menos un poquito, esta mágica de Andalucía. No sé si mi interpretación de esto es exactamente igual a la del escritor crítico de la introducción, pero para mí, la mágica de Granada se encuentra en la mezcla de culturas y creencias que se juntan en esta ciudad. Los varios barrios de la ciudad contribuyen a esta mezcla de poblaciones y tradiciones culturales y religiosas. Por ejemplo, me sorprendía aprender que el barrio de Realejo, donde vivo aquí, es conocido como el barrio judío. Quizá es porque nunca he vivido en una ciudad antes de ahora que la presencia fuerte de muchas culturas me fascina tanto. Finalmente, la combinación de varios estilos de arquitectura de los edificios y casas de la ciudad crea una atmosfera llena de personalidades y perspectivas distintas.
Además de todo esto, me gustaba mucho la oportunidad de ver “Bodas de Sangre” en español en vez de inglés. Aunque había leído la obra antes de verla, me sentía satisfecha con el hecho de que podía entenderla y apreciarla como parte de la audiencia española. Si hubiéramos visto la obra traducido al inglés, pienso que habría sido mucho más difícil de conectar con los sentimientos e imágenes que Lorca pretende trasmitir. Es decir que si fuera actuado en inglés por americanos, yo probablemente habría olvidado temporalmente que es una obra española. Las imágenes de las casas en las cuevas y el vestido negro y el azahar para la boda y no tendrían mucha significancia y no harían mucho sentido dentro del contexto del mundo americano. Es que fui a ver “Bodas de Sangre” a Bucknell en el año pasado, y aunque me gustaba mucho esta experiencia, había muchos aspectos cambiados dentro de esta versión americana. Por ejemplo, en la obra de Bucknell, la Novia llevaba un vestido de boda tradicional americano, es decir, uno blanco. También, no recuerdo perfectamente, pero creo que “la muerte” fue actuada por un hombre en vez de una mujer, y pienso que él no fue un mendigo como describe la obra original. Pienso que es bueno que tuviera la oportunidad de ver “Bodas de Sangre” en varias versiones y que puedo comparar las dos. No es que me gustaba uno más que el otro pero, la oportunidad de contextualizar aspectos de la obra dentro de mi propia vida es algo muy interesante y definitivamente útil. En fin, ver “Bodas de Sangre” fue una de las cosas más notables hasta ahora que he hecho durante mi tiempo en Granada.
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