Pasaba este fin de semana pasada en Londres, visitando muchas de las atracciones turísticas de esta ciudad grandísima y reuniéndome con amigas que están estudiando allí. Definitivamente fue un fin fantástico, y yo tenía la oportunidad de ver muchas cosas y lugares famosos, como La Abadía de Westminster, El Puente del Milenio y el Palacio de Buckingham para nombrar solamente algunos. Nunca sabía que Londres fue tan grande como es, pero está llena de muchos sitios interesantes. Para mí, nuestra excursión a El Teatro de Globe, o sea, la reconstrucción del teatro de Shakespeare, fue la mejor parte del viaje. Participamos en una gira guiada por el teatro, en que aprendí sobre la producción de obras de teatro durante la vida de Shakespeare. También, tuvimos la oportunidad de ver a un grupo de actores jóvenes, recibiendo lecciones sobre como amplificar sus voces para que la audiencia los pueda oír. Por un instante, se me olvidó que no existían micrófonos durante el período en que vivía Shakespeare, y por eso, el teatro no tiene un sistema de micrófonos eléctricos.
Ir a Londres y pasar tiempo con mi amiga, que está estudiando inglés a la Universidad de Bath, me causó a sentir un poquito de tristeza o nostalgia por mis clases de inglés. No es decir que no me gustan mis clases de español del CLM (¡claro que no!), pero es solamente que, a veces, echo de menos a mis asignaturas de inglés. Deseo que pueda estar en dos lugares simultáneamente. Me encanta la vida en España y no querría cambiarla por nada, pero la oportunidad de estudiar literatura gótica en Inglaterra me interesa mucho también. Sé que tendré mucho tiempo durante el año que viene para tomar más cursos de inglés, y verdaderamente no estoy triste, pero ojalá que mi amiga vaya a compartir muchas cosas de sus cursos conmigo cuando vengamos a Bucknell en el otoño.
Al otro tema… me sorprendía aprender que la comida en Londres no es tan terrible que el mito popular implica. De hecho, todo lo que comí en Londres fue nada menos que delicioso. Aparte del típico pescado con papas fritas (que yo probé por primera vez), mis amigas y yo comimos en una mezcla de restaurantes muy diversos, incluyendo uno de comida de Anatolio. Además, aprendí de mi amiga que un plato típico o quizá oficial (no puedo recordar bien) de Londres es sorprendentemente algo de comida india. Ella me explicó que en la misma manera que a muchos americanos les gusta la comida china, la comida india es muy popular entre la gente de Londres.
Finalmente, una experiencia notable del viaje para mí fue nuestra visita a la estación de ferrocarril de Kings Cross. Como que soy una aficionada de los libros Harry Potter por J.K. Rowling, nosotras visitamos “Plataforma 9 and ¾,” donde los estudiantes de Hogwarts siempre salen para coger el tren para ir a la escuela. No es necesario decir que me gustaba mucho esta excursión, y además, le doy muchas gracias y admiración a la persona que decidió construir este sitio para hacer el mundo fantástico de Harry Potter un poco más real para aficionados como yo. Tengo un poquito de vergüenza de decir que esto fue uno de mis aspectos favoritos del viaje entero, pero sí, es la verdad plena.